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Hoy, al llegar a casa y encender la portátil, me he topado con una noticia, que tal vez ha sido algo esperado, pero aún así no deja de ser triste, una gran voz, intérprete de la canción tradicional se ha ido, ha dejado este mundo mortal para pasar a ser parte de ese otro mundo que es poblado solamente por aquellos que han llegado a ser grandes, tan grandes que cuando parten siguen estando a pesar de haber partido.
Se fue Chavela, la grande, la única, la de voz recia y la de la interpretación que llega al alma. Se fue Chavela, a la que solamente le bastaba con pararse en el escenario para llenarlo completamente. Se fue Chavela, aquella que decía que con todos sus años sabía a dónde va, a dónde fue y de dónde viene, se ha ido, porque ya estaba destinada a convertirse en leyenda, y es la única forma de hacerlo. Se ha ido, porque ya era tiempo de partir y ya le esperan todos aquellos con los que convivió y con los que no también.
Gracias Chavela, por regalarnos tu magnífica interpretación, por regalarnos tu voz irreemplazable, y dónde quiera que estés ten por seguro que no te regalaremos una jornada de aplausos, sino que te regalaremos una jornada de caballitos de tequila, porque creo que así te hubiese gustado, es más que no sea una, ni dos, ni tres botellas, que sean todas, porque te las mereces, y al mismo tiempo te dedicaremos nuestras lágrimas mientras cantamos la llorona, porque esa solamente tú la sabías cantar. Hasta siempre Chavela, y esperemos encontrarnos algún día para brindar juntos...
